Nazarena Velez: «Nunca voy a volver a ser la misma».

La chica que ya no volverá a joder más
Este verano, Nazarena será parte del elenco de Los Grimaldi en Villa Carlos Paz.

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NAZARENA VÉLEZ

La chica que ya no volverá a joder más

Se casó, focalizó todo en su familia y ahora en su propia productora, pero a partir de un dolor que nunca más se irá: la muerte de su hermana Jazmín. Cómo es la vida con semejante carga y las peleas que quedaron atrás.

JUEVES 20.12.2012 – EDICIÓN N ° 97

Escribe Leni González / 

Fotos Nacho Sánchez

 

No hay cámaras, no hay público. Unas pocas mesas están ocupadas en el bar Británico, frente a Parque Lezama, y escapando al sol de la tarde en las ventanas, elegimos sentarnos en un rincón que promete más intimidad que el resto. Pero nada de eso filtra la pulsión de Nazarena Vélez de hablar fuerte, alto, firme, para todos los que quieran escucharla. Exuda seguridad, la de una mujer bien plantada que sabe lo que va a decir y cómo transmitirlo. Sólo cuando nombra a su hermana Jazmín, fallecida en abril de 2010 en un accidente automovilístico, la voz se quiebra, los ojos se nublan.

El viernes 21, estrena en Carlos Paz la comedia Los Grimaldi, protagonizada por Rodolfo Ranni, Georgina Barbarossa, Diego Pérez, Jey Mammon, José María Muscari, Coki Ramírez, Gastón Soffriti, Lucas Velasco, Julieta Bal, Barbie Vélez y la actriz y productora Nazarena Vélez. “Estoy feliz con el elenco. Cuando empecé con el proyecto, un año antes de terminar Despedida de soltero, ya tenía en la cabeza hacer una comedia familiar que iba a lanzar mi productora y pensé en estos actores. Siempre supe lo que buscaba y se lo transmití a mi amigo Atilio Veronelli, que lo comprendió”, dice Nazarena quien, junto a su marido Fabián Rodríguez, lideran la flamante Jaz Producciones. “Es una comedia muy dinámica, con personajes muy distintos, ninguno se empasta. Por eso el papel de Atilio es muy importante, porque supo dividir muy bien a todos para que cada uno tenga su momento. Tenés once protagónicos arriba del escenario y la gente no se va a ir diciendo ‘la comedia de Nazarena’. No armé una productora para que todos me tiren la pelota y yo hacer el gol. Todos vamos a tener momentos muy lucidos y si contratás al Tano Ranni, a una Georgina, a un Muscari, es para que todos se luzcan. La gente se va a ir diciendo ‘qué bueno Los Grimaldi’. También es una apuesta muy costosa. Hay que alquilar trece casas porque somos once más la gente de producción”, dice sobre la obra que hasta el 9 de marzo competirá con Flavio Mendoza, Hernán Piquín, Nito Artaza, Florencia de la V y Miguel del Sel.

–¿Cómo te sentís en el rol de productora?

–Soy mucho más obsesiva de lo que pensaba y más exigente conmigo misma. Tengo un montón de gente trabajando pero todo lo superviso. A Gerardo (Sofovich) lo cuestionaba y le decía “el final no tiene que ser así”. “Callate la boca”, me contestaba. Es que se trata de una gran apuesta que va más allá de lo económico. Soy una mujer de 38 años y sé muy bien lo que quiero para mi futuro y cómo están los ojos puestos sobre mi trabajo. Y es una exigencia mía que tiene que ver con el nombre de la productora, que es por mi hermana Jazmín: Jaz tiene que empezar con algo que sea intachable. Son muchas cosas que me pasan internamente y son difíciles de explicar.

–¿Qué lugar ocupa Fabián en este proyecto?

–Es mi bastón, mi hombre, el que tolera todos los cachetazos que revoleo. En él encontré primero a mi compañero de vida, encontré al hombre al que le digo que quiero hacer una productora y me dice “vamos”. No es un pollerudo sino que interpreta lo que necesito. Nos encontramos –yo, 38 y él, 45– en un momento de nuestras vidas donde los dos queremos lo mismo, ya jodimos, ya pasamos por distintas etapas, los dos queremos llevar adelante nuestra familia y afianzarnos con la productora. En mi vida, Fabián es fundamental porque es el hombre que cuando, a la seis de la mañana, me dormí porque estoy mandando mails como loca, a las siete se levanta y lleva a mi hijo al colegio. Eso no tiene precio.

La pareja se casó en octubre después de casi cuatro años de relación y un hijo, Thiago Rodríguez, de dos y medio. Además, Nazarena es madre de Bárbara Puchetta, de 18, y de Gonzalo Agostini, de 12; y Fabián es padre de Camila y Lucas.

–En el rol de productora y mamá, ¿cómo sos con tu hija Barbie que está dando sus primeros pasos en la actuación?

–Soy demasiado “cuida”. La tuve a los 19 años y es mi bebé, aunque sea una mujer de 18 años. Sé que tengo que ser objetiva y no cortarle su carrera. Empecé en esta profesión a los 14 y conozco lo bueno y lo malo. Pero a diferencia de mucha gente, no creo que tenga mucho de malo, si sabés manejarte. Me equivoqué, me caí, me levanté pero todo tuvo que ver con la vida misma.

–¿En qué quedó el litigio con Moria Casán?

–No hizo nada ni hice nada. No me interesa. Ella me hizo juicio y lo perdió. Es un tema terminado, no tengo ganas de gastar energía en alguien que no me interesa.

–¿Con Sofovich cómo quedaron?

–Nos queremos mucho. Mucho de lo obsesiva que soy se lo debo a él. Lo quiero y lo respeto mucho. Nuestra pelea tuvo que ver con las boludeces de la vida, duró dos años y no fue profunda; cuando vino a mi casamiento fue uno de los abrazos más emotivos que tuve. Es parte de la familia y viste que uno con la familia se pelea, te puteás un rato, te dejás de ver y después cuando te ves, te das un abrazo y está todo bien.

–¿Y con Florencia de la V?

–No es mi amiga pero porque la vida no hizo que nos encontráramos como amigas. Éramos las dos empleadas de Gerardo pero jamás trabajamos juntas. La admiro. Es una comediante por quien pagaría la entrada. Es una mina que ha demostrado tener carácter para lograr lo que logró. Me alegra mucho verla con sus hijos, admiro la cantidad de años que está con su pareja.

¿Volverías al Bailando?

–Me han invitado. A Ideas del sur le debo muchísimo; si bien yo ya era Nazarena Vélez, Marcelo ha sido súper generoso. El no estar en el Bailando tiene que ver con un par de preguntas anteriores que me hiciste (se refiere a Moria).

–Después de tantas euforias y bajones, ¿qué es el éxito?

–A los 20, el éxito era estar en todos los programas y lograr popularidad. Hoy, el éxito parte de casa. Igual, siempre pensé eso, porque fui mamá muy chica. Pero me fui dando cuenta de que si yo no estoy bien dentro de mi casa, lo que reflejo no está bueno y me pongo nerviosa o combativa al pedo. El éxito en mi carrera depende de mi familia, mis estados de ánimo dependen de mi familia. Además, después de lo que pasé con mi hermana, mi vida cambió. Cuando te pasa una cosa así, te das cuenta de que se te puede caer el mundo, de que te podés quedar en el medio de la calle y que todo sigue, pero cambian las prioridades. Nunca voy a volver a ser la misma. Tengo muchos porqués para seguir adelante, muchos momentos de felicidad con mi familia, pero por dentro me siento un payaso triste porque parte de mi alma está muerta. Doloroso e injusto para las personas que amo pero es inevitable. Con mi hermana se fue mucho de mí. Hay gente que me dice “estás pasando tu mejor momento” y yo pienso “no tenés idea”. Te cambio todo por volver años atrás a Quilmes, por volver a tener a mi hermana. Entonces, me siento una idiota cuando me dicen eso. Lamento que algo tan tremendo me haya hecho crecer.

–¿El caso está cerrado?

–Sí, inhabilitaron al chico. Nunca quise saber ni el nombre, porque sé que no lo hizo intencionalmente. Porque tengo mucho dolor y no lo quise transformar en odio. No quise conocer, ni siquiera, quiénes estaban con mi hermana en el auto. Todos salieron ilesos menos Jazmín, que murió en el acto, y la mente humana es muy perversa y quizá conocés a alguno y pensás esas barbaridades de “y por qué no te moriste vos”, una animalada así, por ejemplo. Por eso, preferí cargar con el dolor y no llenarme de odio.

-¿Te interesa la política? ¿Tenés una postura tomada?

Tengo una postura tomada, que no cuento y te voy a decir por qué. Vengo de una familia de políticos. Mi papá, mi abuelo, eran –¿viste como se dice “peronista de Perón”?—radicales desde antes de Alfonsín. Yo milité. Hoy en día no soy radical, tengo una postura tomada pero no está bueno este Boca-River que tenés que estar de un lado o del otro. Algunas cosas me parecen bien y otras, no. Pero si publicás una opinión, toda la otra mitad te sale, inmediatamente, a putear y eso no está bueno. Por eso prefiero no manifestarme.

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